El 21 de junio sucede el Solsticio de verano, el inti raymi andino, las fiestas de San Juan según las fiestas religiosas que tomaron la celebración pagana que recuerda la conexión con los ciclos del Sol y los ritmos de la tierra. Es un momento propicio para celebrar la vida, para sincronizar la danza vital con las llamaradas solares y los pálpitos telúricos que marcan un nuevo ciclo: empieza el frio en el hemisferio sur y se da la bienvenida al calor en el norte, celebrando la dualidad del calor y el frio que se complementan.