Soy una mujer caminante, nacida en El Salvador. Mi infancia en el exilio en la Nicaragua Sandinista y el compromiso honesto de mi familia con la lucha por la justicia y la dignidad de los pueblos, marcó mi vida para siempre. Tengo dos hijos de 14 y 4 años y me dedico al arte, a la educación popular y a la construcción de mi desarrollo verdadero, como faro para aportar al desarrollo colectivo. Desde los 18 años he viajado por Europa y Centroamérica, experimentando y aprendiendo de las diferentes formas de estar juntos en colectivos (Okupas, Comunidades Rurales, Inmigrantes, Colectivos de Artistas…) que buscan una alternativa al materialismo y a la explotación capitalista. Mi vida dio un giro hacia la verdad al encontrar a los Ancianos del pueblo Nahuat Pipil de El Salvador, cuya sabiduría y amor acompaña y guía mis pasos. He comprobado que la Educación y el Arte construyen al Ser Humano y su Idea de la Vida de forma determinante y que podemos cambiar nuestra idea de la felicidad asociada al “tener” para reencontrar nuestra libertad de Ser, que es Amor y Respeto por todos los seres vivos. Tengo plena confianza en la Madre Tierra, en la fuerza del Universo y la belleza de la Vida, y por eso me sumo al entendimiento y a la práctica del Buen Vivir, que es sabiduría ancestral de la humanidad en armonía y equilibrio.
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